La curiosidad tiene sus límites
El límite es la intimidad del otro
Cuando no existe un trabajo personal con la propia curiosidad
Esa curiosidad produce malestares
Para qué resulta práctico saber con quién alguien se acuesta y se levanta; dónde se encuentra; qué dijo acerca de algo; por qué no responde cuando le preguntan; con quién estará; y cientos de situaciones diarias
Que si observas los malestares que provienen de curiosidades ajenas
Ese mismo malestar lo experimentan los demás
Cuando la propia curiosidad INVADE INTIMIDADES ajenas
Analía del V. Jalil - http://www.humandesignarg.net.ar - elfenixdormido@gmail.com