Emociones. ¿ Consciencia? Sí, y la más nueva, cual niño al que tenemos que brindarle nuestros cuidados, a cada instante.
¿ Cómo? Volviendo la mirada hacia lo que Siento: nervioso - tranquilo- inestable- exaltado- depresivo- eufórico- capaz de destruir con ese fuego sagrado a los demás- o contenerlos con la calidez del fuego que atrae y cobija.
Se exige que los demás nos demuestren emociones, o nos sentimos exigidos a demostrarles que el fuego está latente las 24 hs.
No es imprescindible que la verbalización sea su única expresión. Basta un gesto, una mirada, retirarnos, acercarnos, que alguien nos involucre sin que lo sepamos en comentarios que enfervorizan y afectan el fuego de otros.
Te preguntaste qué hace que nos contengamos y no expresemos- en cualquiera de sus formas- con Claridad, lo que se Siente.
Cual volcán que desborda en cualquier instante, derriba en acciones in/deseadas - aún para su propio dueño- lo acumulado.
¿ Es sano? No. Porque no solamente el desborde es imparable, sino la propagación del fuego . Se desconoce a quiénes envuelve. Y la sensación orgánica que desestabiliza a sus órganos, y los del otro: sistema nervioso, estómago, hígado, colon, sistema digestivo, riñones, páncreas.
¿ Por qué la gente tiene miedo ante el avance de grupos enfervorizados emocionalmente? porque ya siente la energía del desborde, que sin respetar a nadie en su camino, no tiene consciencia para Ver claro el accionar que realiza.
No hacer de residuo para que otros depositen estos desbordes, es aprender con la práctica, a sortear día a día, lo que ya no queremos Sentir para vivir esta evolución, de alguien que no sepa la dosis con la que necesita mostrarse.
Analía del Valle Jalil